miércoles, 3 de julio de 2013

El compositor Néstor Pineda Maldonado

Nació el 10 de Octubre de 1948 en Santa Teresa, Gro. Hijo de Confesor Pineda Duarte y María Maldonado León. Vivió hasta los diecinueve años en su tierra natal, para ir a radicar dos años a Poza Rica, Ver., luego viaja al D.F., donde permanece hasta 1985, cuando a raíz de los sismos que sacuden la ciudad de México regresa a Santa Teresa, donde tiene su hogar actualmente.

Hizo estudios de primaria y secundaria, y posteriormente también de música en varias academias del D.F. Su carrera de compositor la inició en 1968 y 1969; la primera obra que le grabaron fue "Moneda sin Valor" en 1973, fecha en la que ya contaba con otras obras, aunque no habían sido grabadas.
Se ha desempeñado como fígaro, gestor aduanal, promotor musical y en la actualidad es productor independiente.
Entre los deportes que practica se encuentra el basquetbol, béisbol y equitación. Le gusta realizar paseos campestres y es asiduo al cine y la televisión.
Tiene preferencia por la música popular nacional y la extranjera instrumental.
La obra que le ha dado mayores satisfacciones es "Moneda sin Valor" porque a través de ella es como más se ha dado a conocer como compositor, y por el éxito que sigue teniendo esta canción.
Entre los reconocimientos recibidos, los que recuerda con mayor cariño son, el Diploma como Hijo Predilecto de su pueblo natal en 1985. Diploma como compositor y cantante en el Reclusorio Oriente en 1976. El trofeo que recibió en 1976 por su canción "hijo Ingrato", y el homenaje que le hicieron en la plaza de toros de Cd. Altamirano, Gro.
Una de sus anécdotas que recuerda se refiere a su presentación ante un conocido Director Artístico de una disquera, a quien le llevó una grabación de algunas de sus obras. Después de escucharlas le dijo que mejor volviera cuando compusiera canciones como las de José Alfredo Jiménez. En lugar de desanimarse, se retiró a lograr mayor calidad en sus composiciones. Esto le sirvió de aliciente en lugar de desanimarlo.

Esta es una de sus grandes satisfacciones, que gracias a ello continúa hasta la fecha como compositor, profesión a través de la cual ha conocido mucha gente, seguro también que su obra quedará latente durante muchos años.


miércoles, 19 de junio de 2013

La magia e historia de una fiesta milenaria "La Candelaria"

Una de las tradiciones mas antiguas conservada en la región de Tierra Caliente es, sin duda, la fiesta de La candelaria celebrada cada 2 de febrero en el pueblo de San Lucas.

Año con año se han presentado en este lugar, visitantes procedentes de muchos puntos de la región e incluso de fuera de ella. En esta fecha el entusiasmo se enciende, se contagia y se hace grande; los peregrinos manifiestan alegría, comparten entre si su mística devoción religiosa y el ambiente se anima.
La multitud que se congrega produce un bullicio semejante al de una gigantesca y fenomenal colmena. Es un movimiento que llega desde muchas partes para encontrase en un punto en común y causa ensordecimiento o asombro, pero jamas pasa inadvertido pues se le recuerda todo un año hasta el siguiente 2 de febrero.
La fiesta en esta localidad se realiza desde hace mas de doscientos años, cuando las comunidades indígenas eran tan pequeñas que escasamente llegaban a cientos de habitantes en cada pueblo, aunque para fines del Virreinato la población tenia ya mucha fe en la religión que les instruyeron los frailes. Por lo escaso de la población  la celebración del 2 de febrero se hacia con la llegada de pequeños grupos de San Lucas, pero con el transcurso del tiempo, la incesante presencia de la Virgen de San Lucas y el aumento poblacional, esos pequeños grupos se convirtieron en impresionantes ríos de gente.
Hasta el momento, el mas antiguo testimonio sobre esta vieja tradición de La Candelaria, se encuentra en un documento fechado el 27 de febrero de 1885, localizado en los archivos de la iglesia de San Lucas. Las razones, expuestas en este texto detallan que en San Lucas "desde hace algunos años los indios lugareños se han dedicado a cometer el desacato de colectar limosnas" y otros beneficios, "sin autorización ni orden. 
Hasta San Lucas llegaban grupos de familias procedentes de diferentes puntos; arribaban dueños de los ranchos de Tiringueo, La Estancia, Los Limones, Corral de Angao y La Quiringucua; de las haciendas de Saibas Altas, Monte Grade, Tacupa, Querutzeo y Characharando, entre otras. También arribaban desde Huetamo, Turitzio, Comburindio, Pungarabato, lo mismo ocurría de los pueblos de las partes del Estado de México  como los municipios de Tlatlaya, Amatepec, Tejupilco, Temascaltepec, Zacasonapan, Otzoloapan, Luvianos, Santo Tomas de los Plátanos y Valle de Bravo. La fiesta de la Candelaria recibía gente de grandes y pequeños pueblos de Tierra Caliente.
Las crónicas señalan que algunos miembros de esta alcurnia llegaban en grupos, luciendo lo mejor de sus equipajes, lujos y ajuares con monturas finas ricamente enjaezadas. Los hombres montaban sillas charras mientras las mujeres montaban a "mujeriegas", esto es, con una pierna cruzada al frente, sobre albardas que tenían chapetones de oro y plata. La travesía  dado lo defectuoso de los caminos, a veces se volvía difícil aun para quienes hacían el viaje sobre animales. Había familias o grupos de familias que hacían juntas el viaje, aunque fueron muy diversas las formas de tomar el camino de San Lucas; llegaban a pi, en burros o carreteras, durante la procesión era común mirarles entonar sus destemplados pero sinceros cánticos religiosos.



Estos fueron los viejos tiempos en que, unidos por la religión durante la fiesta y ante la Virgen, aparecía la transitoria mezcla de indígenas y mestizos, todos hermanados por la idea del perdón  la misericordia y la presencia del sacerdote de la parroquia de Huetamo, que llegaba a oficiar la misa, como se hacia desde antes del reconocimiento oficial de La Candelaria en San Lucas. Pero mas emocionante aun era que al termino de la misa se soltaba la algarabía producida por bandas con varios instrumentos y tambora, ademas de conjunto de violines y guitarras. También aparecía el conjunto de la chirimía  música prehispánica producida por un tamboril de unos veinte centímetros de alto con dos parches de cuero de cabra, uno por cada lado, que se tocaba con dos bolillos de madera. Este pequeño tambor era acompañado por una flauta de carrizo de unos treinta o cuarenta centímetros  un conjunto musical, herencia ancestral, manifestación de una música autóctona que se negaba a desaparecer.

Ella se convirtió y se extendió hasta el presente como la cita anual de una familia de parentesco ancestral, cuyo origen se pierde en lo profundo y oscuro de las cavernas del tiempo, desafiando la imaginación; es una mística conservada por la voluntad espiritual que con grande fuerza sus dueños la hacen llegar hasta nuestros días  como si se tratara de una extraña "transmicion genética , pasada de generación a generación  que se renueva y crece; una herencia inspirada en el compromiso y la coincidencia. Es una practica de costumbre, convicción  respeto, resignación  fe y en suma, una ofrenda de valores a una creencia que se tiene de principal patrimonio. Quienes se congregan en esta fiesta, muestran tener esa cita con su destino y llegan con la precisión que ordenan los procesos de la vida.

Extracto del libro La Virgen de San Lucas - Su historia, autor: Viliulfo Gaspar Avellaneda. Editorial Garabato.
Contacto: garabatoeditorial@live.com.mx
Tel: (01 55) 55614231 Cel: (045) 5521998871

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sábado, 15 de junio de 2013

Sara Castrejon Reza - La primera fotógrafa de la Revolución Mexicana del Sur

“Nativa de la ciudad de Teloloapan, a lo largo de su existencia dedicó su tiempo a desempeñar el difícil pero hermoso arte de la fotografía”

Nació en la ciudad de Teloloapan, el 16 de agosto de 1888, siendo sus padres Alejandro Castrejon y Ma. Consuelo Reza.

Estudio en la Escuela Primaria para Niñas. Varios años ayudo a su familia haciendo artesanías  confección de flores artificiales de papel y en tela, pintura al oleo, bordar vela y seda; elaboraba vino de frutas como uva, naranja, pera, durazno; conservación de carnes, frutas y verduras, y lo relacionado a la repostreria.
Busco una actividad que estuviera a la altura de su vocación  y fue así como suplico a sus padres que le permitieran trasladarse a la ciudad de México a aprender fotografía  puesto que esa labor la cautivaba.
En la capital, a los dieciocho años, aprendió lo relacionado a la fotografía, que estaba en boga.
Con equipo que pudo comprar, regreso a Teloloapan e instalo un estudio que tuvo bastante éxito.
Pero, el ímpetu avasallador y lo cruel de la lucha armada de 1910 la sorprendió  pero ella, lejos de atemorizarse ante el embate revolucionario, se dedico a imprimir fotografías de los acontecimientos violentos que se vivían  de los personajes que entraban y salían de Teloloapan, quienes prácticamente estaban escribiendo la historia.

Su obra fue fecunda, pues solamente el libro con tema revolucionario Indómito luchador de Francisco Najera Castrejon se publican mas de 70 fotos logradas por Sara Castrejon. Otras han sido amplificadas y se exhiben en museos y algunas mas han pasado a formar parte de valiosos colecciones particulares.
Se le conoce como "La fotógrafa de la Revolución Mexicana del Sur".
Murió el 4 de noviembre de 1962 en su tierra natal Teloloapan, donde se le recuerda con admiración y cariño.

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viernes, 14 de junio de 2013

Chiste: La maestra y el cocho

Una maestra que era muy puntual, fue enviada a una escuelita de un pueblo rural en la zona de Tierra Caliente del estado de Guerrero, México  pero su casa estaba un poco alejada de dicha escuela, por lo que se consiguió un caballo para trasladarse, un día se despertó muy tarde y se levantó como rayo, se puso un vestido y ni siquiera le dió tiempo de ponerse chones, subió a su potro y le metió espuelas, al llegar estaban sus alumnos afuera esperando, pero le dio un jalón muy fuerte a la rienda y el caballo frenó muy duro y la tumbó, al caer recordó que no llevaba chones y se paró rapidísimo, y les dijo a los niños: ¡Vieron niños mi agilidad! y uno le respondió: ¡Si maestra, todos la vimos pero aquí le decimos "cocho"!